La marca y la insoportable levedad del ser

La marca y la insoportable levedad del ser

No son sólo los presupuestos los que son el problema. El problema es la cabeza y la marca será cada vez más la piedra angular, la columna vertebral del éxito de una empresa y vale para todos

Hoy eres tú quien tiene que ir hacia el público para convencerlo de que entre en tu fábrica, tienes que comprometerte a ser y no sólo a tener.

El branding es esa cosa un tanto vaga de la que todo el mundo habla, que de alguna manera ronda como un fantasma en todas las estrategias de marketing pero que al final se queda ahí, como un fantasma que nadie ve excepto un medio pero del que todo el mundo realmente necesitaría.

Mis reflexiones surgen de un hecho concreto: Andreas, me preguntan, tengo este servicio, ¿cómo puedo hacer generación de leads y atraer clientes?, el problema es que si abordas el problema de cabeza, el cliente se escapa, si enfrentas el problema de los pies tal vez tenga la oportunidad de evangelizar al cliente al llegar a la cabeza, tal vez. Y entonces tendemos a hablar del sistema, de la solución práctica implementada sin conciencia y confiamos en el gurú. Pero en realidad no se necesita el gurú, se necesita la cabeza, la que hemos olvidado al invertir el proceso. Y también se necesita el corazón.

Hoy en día, las técnicas de generación de leads aplicadas a las redes sociales funcionan, pero resultan que funcionan bien cuando el usuario se reconoce en quien habla, cuando acepta y comparte lo que dice y cuando el llamado emisario del mensaje tiene autoridad reconocida. ¡Por supuesto! ¡Bien dicho! Pero, ¿de dónde viene esta autoridad incluso reconocida? Mica cae del cielo como maná, no todos somos Jesucristo. Y es aquí donde el cliente se pierde y luego termina sin argumentos, termina sin flechas para disparar su arco. Y es un gran problema. Y el problema se complica porque el camino para llegar al "consumidor" se ha vuelto más complejo. ¡De lo contrario! Estamos en el punto delicado donde el cliente que viene a nosotros se atasca: no es el consumidor/cliente el que viene a ti, eres tú quien debe ir a él y eres tú quien debe abrir la puerta de tu empresa y dejar él en cuando finalmente se ha dado cuenta de que tal vez y sólo tal vez, usted podría ser la solución a su problema.

Y así es como una landing page enlazada a una fan page, hecha según todos los sagrados atavíos ejecutivos que prescriben las reglas de la web, no funciona como debería. ¿Por qué? ¿Qué está faltando? La cabeza.

Las preguntas básicas que un cliente potencial se hace inconscientemente son:

  • ¿Quién eres? (Identidad)
  • ¿Por qué tengo que venir a ti? (Promesa de Valor)

¿Alguna vez has tratado de acercarte a un chico y poner tu tarjeta de presentación en su mano diciéndole en 10 palabras sobre la marcha lo que haces? No funciona. Efectivamente, generalmente lo que despiertas es casi un sentimiento de molestia que en algunos casos no se expresa (y es un problema) en otros sí (y puedes correr a esconderte). Si esto se multiplica por los números que puede poner una red social como Facebook, también se puede entender bien el daño que se puede hacer.

Pero el escenario cambia por completo si intentas pasearte por una plaza repartiendo tarjetas de visita siendo una persona conocida y con autoridad. ¿Entonces? Entonces, la pregunta del cliente sobre la página de destino que funciona mal debe responderse comenzando desde la cabeza. Estimado cliente, el suyo es un problema de identidad de marca y de posicionamiento de marca. Para simplificar el concepto: el marketing es la rama de la economía que estudia y aplica sistemas y metodologías para la fidelización de clientes, dice Philip Kotler, básicamente, ves lo que produces aplicando las reglas del marketing. Pero en un mundo tan interconectado, agrupado y complejo, ya no funciona, necesitamos cambiar el paradigma para “producir lo que puedes vender”. ¡Ay! ¡Hermoso allí! Ya no vendes el producto o servicio pero vendes la imagen que das de ti mismo y eso afecta mucho a las cifras finales de ventas.

Al final, en conjunto son conceptos simples. ¿Qué me hace mejor vendiendo que otro? ¿Bueno para vender o bueno para CONVENCER? Convencer, o persuadir... ¿A la publicidad no se le llama también comunicación PERSUASIVA? Y para persuadir, ¿no es acaso necesario ser persuasivo? Necesitas despertar aprobación, necesitas satisfacer, necesitas llegar al corazón de las personas porque al final te recuerdan no por lo que hiciste por ellos sino por cómo los hiciste sentir.

Todo esto, por tanto, no se puede construir con una buena campaña de comunicación, que incluso se vuelve ineficaz, si no contraproducente, si no se apoya en el comportamiento, en el ejemplo. Aquí está uno de los principales problemas de las agencias web, ¡el ejemplo! Estos venden servicios de social media marketing pero no están en las redes sociales, no se mueven, no tienen engagement ni a nivel personal, nada. ¿Qué ejemplo es?

No hay truco y no hay engaño. Si eres sexy, convincente, si te comportas de manera consistente, solo puedes ganar.
Si estás presente con una Fanpage en Facebook y te contacta un usuario preguntándote si puede CHATEAR con alguien, lo peor que puedes hacer es responder así: "Si te fuera posible venir a la oficina, harías algo bienvenido, de lo contrario llame al 059/ 999999”. Gol en propia puerta. Significa que no tienes tiempo, que estás en FB por casualidad, no conoces el medio y no tienes respeto por el usuario a pesar de usar un tono absolutamente cortés. SE CONSISTENTE.

No son sólo los presupuestos los que son el problema. El problema es la cabeza y la marca será cada vez más la piedra angular, la piedra angular del éxito de una empresa y se aplica a todos, incluidos profesionales, abogados, contadores, médicos, no solo a las empresas les guste o no les guste, hoy eres tú quien tienes que ir hacia el público para convencerlo de que entre en tu fábrica, tienes que ensuciarte las manos, tienes que comprometerte a ser y no sólo a tener.